La transición de las siestas: de dos a una, superando los desafíos

La transición de las siestas: de dos a una, superando los desafíos

La transición de las siestas: de dos a una, superando los desafíos

La transición de dos siestas a una sola es un hito importante en el desarrollo del sueño de tu pequeño, y a menudo, una etapa llena de desafíos. Si estás leyendo esto, probablemente estés experimentando la frustración de un bebé que se resiste a la segunda siesta, quizás incluso te encuentres durmiéndolo en brazos (contact nap) para lograr que descanse. Es completamente comprensible que te sientas agotada y un poco perdida en este proceso. En este artículo, exploraremos las señales que indican que tu bebé está listo para esta transición, y te daremos algunos consejos prácticos y basados en evidencia para hacerlo de forma suave y exitosa.

¿Cuándo es el momento adecuado para la transición?

La mayoría de los bebés hacen la transición de dos a una siesta entre los 12 y los 18 meses de edad ([Referencia 1], [Referencia 2], [Referencia 3]). Sin embargo, cada niño es único, y el momento ideal dependerá de su propio ritmo. Recuerda que no hay una fórmula mágica, y que lo más importante es observar a tu bebé y sus señales.

[Referencia 1] (Adaptando el texto proporcionado): Indica que la transición de dos a una siesta suele producirse entre los 12 y los 18 meses. Antes de los 13 meses, intentar la transición podría ser prematuro ([Referencia 3]).

Señales de que tu bebé está listo para una sola siesta

Antes de embarcarte en la transición, es crucial identificar si tu bebé está realmente preparado. Algunas señales comunes incluyen ([Referencia 2], [Referencia 3]):

  • Rechazo a la segunda siesta: Si tu pequeño se resiste constantemente a la segunda siesta, incluso después de intentar ajustar sus horarios, puede ser una señal de que necesita menos sueño diurno.
  • Siestas cortas: Si las siestas son consistentemente cortas (menos de 30-40 minutos) y no vuelve a conciliar el sueño, puede indicar sobrecansancio o la necesidad de una sola siesta más larga.
  • Despertares nocturnos inexplicables: Si tu bebé se despierta más a menudo durante la noche sin razón aparente, podría deberse a un exceso de sueño diurno.
  • Madrugar en exceso: Despertares excesivamente tempranos también pueden indicar un problema con la cantidad de sueño diurno.

Si observas estas señales de forma consistente durante un par de semanas, es posible que tu pequeño esté listo para la transición.

Cómo hacer la transición de dos a una siesta

Es fundamental que esta transición sea gradual para evitar el sobrecansancio, que puede empeorar el sueño tanto diurno como nocturno ([Referencia 2]). En lugar de un cambio drástico, opta por un enfoque gradual:

  • Retrasa ligeramente la primera siesta: Empieza retrasando la primera siesta en 15-30 minutos. Esto ayudará a extender el tiempo de vigilia antes de la siguiente siesta, y eventualmente a eliminar la necesidad de la segunda.
  • Observa y ajusta: Monitorea el comportamiento de tu bebé. Si parece sobrecansado, vuelve un poco atrás. Si parece cómodo con el cambio, continúa retrasando gradualmente la primera siesta.
  • Mantén un horario regular: La consistencia es clave. Un horario de sueño predecible ayuda a regular el ritmo circadiano de tu bebé.
  • Asegúrate de que duerma lo suficiente por la noche: Si se acorta el sueño diurno, es esencial que la noche tenga suficiente sueño para compensarlo.

Recuerda:

La transición de dos siestas a una es un proceso individual para cada bebé. Observa las señales de tu pequeño, realiza la transición gradualmente y mantén la calma. No dudes en buscar apoyo profesional si lo necesitas. Para una guía personalizada y apoyo adicional en la transición de las siestas de tu pequeño, te invitamos a realizar una valoración gratuita en vialacteasuenoylactancia.com. ¡Estamos aquí para ayudarte!